Fragmento del texto: Lituratierra. Lacan, J. (1971). En: Otros escritos. Editorial Paidós. 2012.
"Cuando saco partido de la carta a Fliess 52ª, es por leer en ella lo más cercano al significante que Freud podía enunciar, bajo el término que forja de WZ, Wahrnehmungszichen, en la fecha en que Saussure aún no lo ha producido (del signans estoico)." pp. 23.
"Sólo hay recta de escritura, como de agrimensura, llegada del cielo.
Pero escritura como agrimensura son artefactos solamente por habitar el lenguaje. ¿Cómo lo olvidaríamos nosotros cuando nuestra ciencia es operante sólo por un chorreado de letritas y de gráficos combinados?" pp. 26.
Comentario:
La palabra análisis en el estatuto de una disciplina, deviene de la conjugación de la geometría y el álgebra lograda por Descartes. Se trata de la manera en que articula la ubicación y relación entre puntos a partir de coordenadas (Plano Cartesiano). A partir de allí, será posible abordar otra combinatoria, la de la geometría con la lógica, propia de Boole y usada por Lacan como escritura fundamental en el psicoanálisis.
Puede decirse que el grafo del deseo, por ejemplo, deviene, primero, como un ejercicio de escritura en el que se plantea la relación entre vectores que se cortan a la manera de las curvas en un plano cartesiano. No obstante, es otra cuestión la que está allí en juego que la de la ubicación en un espacio euclidiano inherente al plano creado por Descartes. Se trata de otra cuestión. Lo que Lacan sitúa allí es, incluso de otro orden, a saber, el del espacio cualitativo, es decir, no métrico. La medida parece fundamental en la intuición perceptual del espacio euclidiano y en la geometría proyectiva. Sin embargo, en lo que refiere al espacio del sujeto del inconsciente hay una irreductibilidad numérica. Esto implica la comprensión de un espacio propio de la topología, también llamada, análisis situs. La manera en que se ordenan invariantes topológicas que dan cuenta de una estructura deformable de los objetos en un espacio bidimensional. El sujeto no es pues cuantificable aunque, por más de un siglo, el positivismo haya intentado establecer frecuencias de conductas y comportamientos que permitan deducir patrones que, incluso, se ha intentado elevar al estatuto de leyes. El sujeto escapa en razón de su lógica evanescente. Se desplaza en los intersticios de una razón que no es explicita o, dicho de otra manera, no es consciente. Ex –siste allí como un saber desconocido para la consciencia pero que no cesa de insistir buscando hacerse reconocer. El punto es, entonces, cómo leer ese sujeto, en inglés subject (Tema). Retomemos a Freud que lo consideró un texto, es decir, que ese sujeto está escrito en algún lugar pero, paradójicamente, algo de él no cesa de no escribirse, justamente, porque como ya fue mencionado, hay algo en el que es irreductible.
Esta posición de Lacan, implica el reconocimiento de la causalidad propia de la materialidad del significante, evidente como intuición en Freud desde el año 1900 en su interpretación de los sueños e, incluso, ya manifiesto en su carta 52ª a Fliess. No vamos a negar que, como hijo del positivismo de su época, Freud se empeñó en buscar la causa final, el telos, que explicaría el padecimiento neurótico. Sin embargo, desde muy temprano topó con un impase recurrente que él mismo denominara resto, y sobre el cual guardaba la esperanza de que no diera al traste con el trabajo terapéutico. Ese resto hablaba de lo irreductible del sujeto del inconsciente. Más aún, daba cuenta de que esa causalidad material estaba erigida alrededor de un agujero (Trou-ma) que más tarde Lacan llamaría Droit Infinie (D.I.), la recta infinita. El sujeto se funda en el momento mismo en que se pierde algo, un incorporal, efecto de la fusión entre el cuerpo biológico y el cuerpo del lenguaje.
Este tipo de relación entre los cuerpos es propio del pensamiento estoico y se encuentra más cercano a la topología, es decir al tratamiento cualitativo del espacio y de las relaciones posibles entre los cuerpos en dicho espacio. Dicho sea de paso, a diferencia de ello, la geometría euclidiana y la geometría proyectiva, está acorde con la relación continente/contenido que, para Aristóteles, era la única posible entre los cuerpos.
Por otra parte, en torno a la propuesta de Descartes, Newton respondió duramente. Señaló que sus principios filosóficos eran en exceso imprecisos y, en respuesta, escribió su libro de principios matemáticos. Newton ha sido, en el campo de la ciencia, tal vez el hombre con más descubrimientos. Sus elaboraciones han sido el soporte de las construcciones de Einstein acerca de la relatividad e, incluso, de la mecánica cuántica de Heisenberg y Plank.
Newton tenía como premisa que el análisis (entendido aquí en el sentido de la disciplina fundada por Descartes) debía preceder a toda redacción. Lacan, en cambio, consideraba que el análisis es la lectura misma de lo que está escrito en la transferencia.
John James Gómez G.
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