jueves, 8 de agosto de 2013

Fragmento del Texto: Discurso en la Escuela Freudiana de París.  Lacan, J. (1967)En: Otros escritos. Editorial Paidós, Buenos Aires. 2012.  pp. 286-287

"Mi discurso, por haber retenido a sujetos a los que no prepara la experiencia en la que él se autoriza, prueba que soporta inducir a estos sujetos a constituirse a partir de sus exigencias lógicas. Lo que sugiere que aquellos que tienen dicha experiencia no perderían nada formándose en esas exigencias que surgen de ella, para restituírselas en su "escucha", en su mirada clínica, y por qué no en sus controles. Donde no las vuelve más indignas de ser escuchadas el que puedan servir en otros campos." 

Comentario:

Con Lacan, la experiencia analítica, inventada por Freud, no se trata de meras intuiciones que responden sobre todo a lo imaginario, sino, particularmente, de cómo a pesar de lo que se avizora como imposible, lo real, y de lo ilusorio de la imagen, se puede, a través de la lógica, apostar no sin límites, a un tratamiento simbólico de lo inconsciente. El límite en cuestión es, pues, la Droite Infinie (Recta Infinita o D.I.), que se presentó ante los ojos de Freud con el rasgo del "trauma". Es así que, si bien no se trata de que el analizante devenga matemático o lógico, sí pueda encontrar en tal experiencia la topología de su espacio-tiempo subjetivo. Y si, además, autorizado en ello, ha de escuchar a otros en análisis, deberá reconocer que su lugar no es el de delinear la ruta sino el de permitir al analizante, que es quien analiza, a reconocer en la paradoja de su estructura la posibilidad de constituirse a partir de dichas exigencias lógicas. No hay más ser del analista que el de ser dicho en el discurso de aquel que lo inventa como analizante. Así, confundir el semblante de la función analítica a la que se presta el cuerpo, con algún tipo de ser, como el predicado en la identificación "soy analista", no es más que el engaño imaginario de la fatua vanidad narcisista.

Por otra parte, los efectos derivados de tal experiencia lógica pueden ser llevados más allá de la experiencia del psicoanálisis uno por uno, pues con ello el sujeto podrá leer y escribir mejor a partir de la continuidad Sujeto/Cultura y de sus imposibilidades o, dicho de otra manera, de lo inconsciente, para hacer entrar así una nueva letra (como diría Jean Michel Vappereau) que permita introducir una nueva manera de leer, de plantear el problema, de tal forma que se aproxime más, aunque siempre asintóticamente, a una manera de escribir una solución menos padeciente.

John James Gómez G. 

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