viernes, 23 de agosto de 2013


Fragmento del texto: Televisión. Lacan, J. En: Otros escritos. Editorial Paidós. 2012. pp. 537.

"Solo hay inconsciente en el ser hablante. En los demás, que solo tienen ser por el hecho de ser nombrados aunque se impongan por lo real, hay instinto, esto es, el saber que implica su supervivencia, Además, eso sólo es para nuestro pensamiento, quizás inadecuado.
Quedan los animales que padecen del hombre, llamados por eso dombrésticos [d'hommestiques], y que por esta razón son recorridos por seísmos -muy cortos por lo demás- del inconsciente.
El inconsciente, eso habla, lo que lo hace depender del lenguaje, del que solo se sabe poco, a pesar de lo que designo como lingüistería, para agrupar en ella lo que pretende, es algo nuevo, intervenir en los hombres en nombre de la lingüística. Siendo así la lingüística la ciencia que se ocupa de lalengua, que escribo con una sola palabra por el hecho de especificar ahí su objeto, como es el caso con cualquier otra ciencia."

Comentario:

Freud separa el instinto (instink), propio de los animales, de lo que él mismo denominó "Trieb" y que ha sido traducido al español como "pulsión". Una manera tal vez más consecuente de traducir dicha palabra (Trieb) sería la de "desviación". Freud encuentra en el caso del humano una desviación de la meta sexual. Mientras que los animales tienen como meta la reproducción, en el caso humano se revela una desviación hacia la satisfacción en sí misma. El sexo humano no es solamente natural pues en él, debido al lenguaje, hay una desviación de su meta y, por tanto, queda ligado a una parcialidad, no a una realización. Tal sexualidad no depende de la maduración genital pues, como ya se mencionó, no se trata de la reproducción. El lenguaje es constituyente de un erotismo diverso que no busca otra cosa que la satisfacción de esa meta desviada (Trieb), la meta es pues, la satisfacción misma. Pero no ha de entenderse la palabra desviación en su sentido moral, como algo "malo". Aquí, su sentido, es el de un vector que cambia su dirección sustituyendo su recorrido hacia una meta diversa a la que, instintivamente, es propia de los animales. Por otro lado, el objeto sexual, por el lenguaje, es sometido a las reglas de la metáfora y la metonimia y, por tanto, puede ser sustituido. No hay el buen objeto sexual aunque "la moral sexual cultural" intente imponer una eugénesis que no es más que ilusión. El trieb freudiano, es pues lo constituyente del animal humano como separado del animal que no lee ni escribe, aunque algunos pocos animales por ser sumisos al lenguaje enfermen de él, sin poder hablar para curarse, esos animales que son llamados domésticos y que Lacan nombra jugando con su lengua, el francés, como d'hommestiques (d'hombrésticos) haciendo una condensación de las dos palabras. Así, cuando se trata del animal que lee y escribe, nadie está en posibilidad de hablar del sexo como algo de lo que sabe plenamente, pues, la relación sexual, no cesa de no escribirse...

John James Gómez G. 

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