Fragmento del texto: Esquema del psicoanálisis. Freud, S. (1940). En: Obras Completas, vol. XXIII. Amorrortu Editores. 1980. pp. 191-192.
"La condición de no sapiencia {Unwissenheit} de Edipo es la legítima figuración de la condición de inconsciente {Unbewusstheit} en que toda la vivencia se ha hundido para el adulto, y la compulsión del oráculo, que libra la culpa del héroe o está destinada a quitársela, es el reconocimiento de lo inevitable del destino que ha condenado a los hijos varones a vivir todo el complejo de Edipo. Cuando en otra ocasión se hizo notar desde el campo del psicoanálisis qué fácil solución hallaba el enigma de otro héroe de la creación literaria, el irresoluto Hamlet pintado por Shakespeare, refiriéndolo al complejo de Edipo -pues el principe fracasa en la tarea de castigar en otro lo que coincide con el contenido de sus propios deseos edípicos-, la universal incomprensión del mundo literario mostró cuán pronta estaba la masa de los hombres a retener sus represiones infantiles.”
Comentario:
Freud inventa una disciplina y para ello se sirve de los medios con los que cuenta: las ciencias de su época, la filosofía, la literatura y la mitología. Cuatro pilares cruciales. Sobre ellos Freud elaboró un modelo que le permitiera leer y escribir las particularidades de lo que la práctica clínica le presentaba pues, como él mismo enfatizaba, el psicoanálisis no es hijo de la especulación sino el producto de una experiencia. Al mismo tiempo Freud reconocía que entre sujeto y cultura había una continuidad y no un límite tajante. Es así que el mito, por ejemplo el de Edipo, no responde en su uso para Freud, a algún aspecto fenomenológico expresado en el relato mismo del mito, sino que, en la medida en que Freud reconoce que el mito es una forma de escritura en la cultura que pasa de una generación a otra, al igual que lo es la literatura, intenta descifrar, a través de ello, cuál es la lógica que subyace a la posición del sujeto en relación con lo necesario y lo contingente, con el destino y el azar, en relación al deseo y a la culpabilidad. Freud indica, acertadamente, la estructura de la relación entre culpabilidad y deseo como inversamente proporcionales, lo que llevará a Lacan a su famosa afirmación: "sólo se es culpable de haber cedido en el deseo". Lo que se juega en aquello que Freud, siguiendo el mito, llamó Edipo, es lo que luego, con Lacan, estará en el punto justo de la probabilidad matemática. La relación del sujeto con lo necesario y lo contingente, con la repetición, con su división entre alienación y separación; su posición ante el destino y la posibilidad de leer y escribir una solución a los problemas que, fantasmáticamente, le implica dicha posición para que así pueda escribir una nueva lógica, menos fallida, que es lo que está en juego en un análisis. El sujeto puede analizar y calcular mejor su posición en relación al espacio-tiempo en el que habita el mundo que no es otro que el de la vida subjetiva en el lazo con los otros y con ese Otro que, usualmente, se identifica al lenguaje y a la cultura. Entre lo necesario y lo contingente queda pues algo inasimilable que convoca al sujeto a no ceder en la búsqueda de que lo inconsciente, por más imposible que sea, pueda ser leído, siempre parcialmente, metonímicamente, ya que con ello podrá articular cada vez mejor un saber hacer con lo que se juega como probable entre lo necesario y lo contingente a pesar de lo imposible. Ese fue el punto crucial en la tragedia de Layo con Edipo, pues al no saber leer tal relación, con su elección fallida de desterrar a Edipo, incrementa la probabilidad de que el destino dicho por el Oráculo, como fantasma, retornara por la vía mortífera.
John James Gómez G.