lunes, 2 de diciembre de 2013

Fragmento del texto: De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. Lacan, J. (1957-1958). En: Escritos 2. Editorial Paidos, 2ª ed. 2011. pp. 520.

“Una técnica deshabitada se supone que sería por ello mismo más capaz de “milagros” –si no fuese el conformismo por añadidura que reduce sus efectos a los de una mescolanza de sugestión social y superstición psicológica.”

Comentario:

Es cada vez más evidente que con el advenimiento de la modernidad y de la ciencia, la técnica devino deshabitada. Ejemplo bastante ilustrativo fue el paso de la artesanía a la producción en serie. En la primera, el artesano estaba impreso como significante en aquello mismo que creaba, reconociendo las particularidades de cada una de sus obras, pues nunca había una igual a la otra,  incluso en aquellos casos en que la imitación fuese el objetivo.  En la segunda, el producto se liga a un significante que opera como marca registrada con la cual el sujeto queda excluido. Piensen por ejemplo en los millares de chinos que trabajan a los fines capitalistas de un “imperio” que se supone comunista y que da cuenta de que la técnica no tiene otro sentido que el de una repetición con la que se busca elidir la diferencia.  Que los oficios hayan devenido meras "profesiones" ha llevado a que las cosas se hagan en serie pero ya casi nunca en serio.

Tal vez no haya siquiera un campo en el que tal modo de producción y uso deshabitado de la técnica no sea ya el eje de su movimiento.  De un lado está la producción de objetos de consumo que tienen en su maquinaria, ella misma efecto de un cierto modo del significante, su aparente causalidad. De otro, se encuentran los servicios que parecen menos seguros en cuanto al reconocimiento de sus propios fundamentos, lo que  acarrea un estado casi de acritud en su estructura y de acrimonia en su modo de lazo.

Entre “tales servicios” se ven purular como espuma a las psicoterapias de las cuales no vamos a excluir al psicoanálisis aunque reconozcamos que, de ser tomado en serio, su estatuto tendría que ser otro distinto al de la producción en serie y al del servicio acrinómico. Técnicas que abundan soportadas en estándares en las que se funda una fe más ciega que la de cualquier fanático religioso pues se atribuye a ellas la vacua certeza que otorga la ilusión obnubilante de la llamada “cientificidad”. El sujeto es silenciado con la técnica y trata de reducirse al campo de una serie de respuestas que serían consideradas “normales” en el sentido de aquel que se ubica en el cobijo de una campana de Gauss. No importa cuan feroz retorne por sus desvíos lo imposible de soportar, la técnica deshabitada ahoga el grito del sujeto que no deja de pujar por hacerse escuchar por cada poro, prueba de ello dan en su sentido más literal las alergias que no deben confundirse por anagrama con alegrías.

La causalidad en los servicios se supone material en el sentido de El Capital de Marx, a los ojos del capitalista, y una suerte de causalidad eficiente a los ojos del que usa la técnica como artilugio indiscriminado. La “sugestión social” y la “superstición psicológica” hacen pensar que es posible programar las neuronas para que eviten los efectos de lalengua. Todos corren tras soluciones que prometen una salida fácil a la agonía derivada del hecho de que no hay completitud alguna y que en el origen de la estructura no hay más que agujero. Sin-sentido insoportable que las técnicas tratan de desalojar prometiendo curas garantizadas para algo que no es enfermedad sino condición misma de la estructura del sujeto y que hace de él algo subversivo. Se desconoce en todo ello lo real y la causalidad material del significante dejando a la deriva la responsabilidad misma de aquel que en tal caso, sin saberlo aunque lo sepa, es habitante de un mundo que le es ajeno aunque le sea constituyente.


John J. Gómez G.

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¡Qué poca humanidad hay a veces en ese “gran espíritu científico”!

 “Se abre paso la vida con la misma terquedad con la que una plantita minúscula es capaz de rajar el suelo de hormigón para sacar la cabeza....