lunes, 15 de diciembre de 2014

Fragmento del texto y comentario: “La terapia analítica”. (28ª Conferencia). Freud, S. (1917). Conferencias de introducción al psicoanálisis. En: Obras Completas, vol. XVI. Amorrortu Editores. 1979. pps. 410-411. [Primera parte del comentario]

“La cura analítica impone a médico y enfermo un difícil trabajo que es preciso realizar para cancelar unas resistencias internas. Mediante la superación de estas, la vida anímica del enfermo se modifica duraderamente, se eleva a un estadio más alto del desarrollo y permanece protegida frente a nuevas posibilidades de enfermar.”

Comentario:

El "mito" según el cual Alejandro Magno habría cortado con su espada el nudo gordiano, ante el reto de desanudarlo, demuestra que la solución por la vía de la impotencia es la destrucción de lo que bien podría hacerse inteligible, la destrucción de toda lectura posible. La lectura requiere ser realizada aunque de ella derive el hallazgo de una imposibilidad, cosa que puso a Alejandro Magno ante la impotencia que lo habitaba para realizar una lectura posible. Es así que la impotencia y el descubrimiento de la imposibilidad no son, en absoluto, la misma cosa.

Así, el desconocimiento de lo inconsciente es, como en el caso de Alejandro Magno y su acto al cortar el nudo gordiano, el rechazo de la lectura y con ello la confirmación de la impotencia como respuesta ante la dificultad. Claro, uno podría decirse, como suele hacerlo el yo para sostenerse en su pasión por la ignorancia, que al final es el resultado lo que importa, independientemente de que se reconozca o no la lógica por la cual se ha llegado a él; incluso, independientemente, de si el resultado es la destrucción, la desaparición o el simple ocultamiento de lo que subyace (subiectum) ahí como rostro de la verdad. Sin embargo, un desconocimiento tal suele tener como efecto necesario la condición del retorno de lo rechazado, cada vez de modo más feroz, más mortífero.

En este orden de ideas, el descubrimiento freudiano cuenta con un valor incalculable. Es, ante todo, una exhortación para aprender a leer en la dificultad en lugar de huir o rechazar el texto por más complejo que parezca, rechazo que, en apariencia, podría resultar en una salida menos comprometedora pero del cual deriva lo que Freud mismo denominó “formación de compromiso”, uno de los nombres posibles para el síntoma, particularmente aquel del cual el sujeto difícilmente puede servirse salvo por el hecho de su presencia como padecimiento. Aprender a leer en la dificultad es, por tanto, la condición misma del trabajo analítico.


John James Gómez G.

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¡Qué poca humanidad hay a veces en ese “gran espíritu científico”!

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