miércoles, 3 de diciembre de 2014

Fragmento del texto: “Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, I)”. Freud, S. (1913). En Obras Completas, Vol. XII. 1979. pp. 131. [Segunda parte del comentario]

“La abreviación de la cura analítica sigue siendo un deseo justificado cuyo cumplimiento, como veremos, se procura por diversos caminos. Por desgracia, un factor de mucho peso se les contrapone: unas alteraciones anímicas profundas sólo se consuman con lentitud; ello sin duda se debe, en última instancia, a la «atemporalidad» de nuestros procesos inconscientes.”

Comentario:

Freud se refirió en varias ocasiones a lo que denominó “atemporalidad” de los procesos inconscientes. Una de ellas, además de la traída a cuentas con la cita, es la referencia que podemos encontrar en el capítulo V de “Lo inconsciente”, intitulado: Las propiedades particulares del sistema inconsciente. Allí indica que “Los procesos del sistema Icc son atemporales, es decir, no está ordenados con el arreglo al tiempo, no se modifican por el transcurso de este ni, en general, tienen relación alguna con él.” (1915, Vol. XIV, pp. 184). Esta es una de las cuatro propiedades que Freud describe; las otras corresponden al hecho de que no habría negación en lo inconsciente y no opera en él el principio de no contradicción; priman los procesos primarios sobre los secundarios y la realidad psíquica se impone a la llamada realidad objetiva. Por lo pronto, me detendré en la "atemporalidad". 

Pero, entender esa “atemporalidad” de lo inconsciente, requiere ciertas precisiones. La primera, ya introducida en el comentario anterior, se refiere a la comprensión del tiempo como una línea segmentada que va hacia adelante. Esta visión es propia tanto del sentido común como de la ciencia previa a la relatividad de Einstein y a la mecánica cuántica. No es extraño que fuese también la noción de tiempo para Freud y por lo cual tuviese dificultades para articular la temporalidad que corresponde a lo inconsciente. Ese modo de comprender el tiempo es fenomenológico, es decir, imaginario, intuitivo, si se quiere. Se trata de los modos en que intentamos asir el tiempo como unidad de medida; un conteo continuo y perpetuo que supone un avance permanente "hacia adelante". Tal vez sea esta idea la que trajo aparejada consigo la ingenuidad de que “hacia adelante” es equivalente de “progreso”, idea que vemos fracasar una y otra vez. Pero también, en la medida en que ese conteo puede referirse a los fenómenos cíclicos de la naturaleza, ese “hacia adelante”, como equivalente de “progreso”, se hizo a su vez equivalente de desarrollo y maduración. En ese orden de ideas, la psicología, hasta nuestros días, no dista de esa concepción imaginaria del tiempo para una conciencia que debería desarrollarse a la par con la maduración del sistema nervioso, como si lo psíquico fuese simplemente una función, reflejo de procesos de maduración anatómicos. Sin embargo, si algo ha sido demostrado, muy a pesar de los ideales del desarrollo y la maduración, es que el tiempo no es una entidad independiente del espacio y que como tal no solo puede ir hacia adelante, sino que, además, tiene una condición paradójica de retroacción (nachträglich). Esto se revela de tal manera tanto para la comprensión matemática del tiempo en la física de la relatividad, la mecánica cuántica y la teoría de supercuerdas, como para el inconsciente descubierto por Freud.

Será necesario entonces, en nuestro próximo comentario, introducir algunas cuestiones acerca de esa “otra” modalidad del tiempo, paradójica, propia de la física moderna y también de lo inconsciente, que revela cómo no-todo movimiento temporal es hacia adelante y que no hay tal cosa como la maduración. Se trata de una compresión topo-lógica y no cronológica del tiempo.

John James Gómez G. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Qué poca humanidad hay a veces en ese “gran espíritu científico”!

 “Se abre paso la vida con la misma terquedad con la que una plantita minúscula es capaz de rajar el suelo de hormigón para sacar la cabeza....