La idiotez. Uno de los efectos de los “psico”diagnósticos
A veces durante las clases con estudiantes de la carrera de psicología, surge la pregunta de si acaso con el psicoanálisis pueden tratarse “enfermedades” como el síndrome de down. Para mí, la respuesta es simple y no dudo en darla: NO. A continuación pregunto a los estudiantes, "¿por qué habría de tratarse el síndrome de down?" La mayoría repiten, muy aplicados, lo que se les ha enseñado y describen una serie de “síntomas” que hacen parecer que el efecto subjetivo de la alteración biológica del síndrome de down es la idiotez. A mi juicio, ese es justamente el problema; se confunde la biología con la subjetividad y se cree que se requiere un tratamiento; por tanto se demanda que se produzca un idiota a quien tratar.
La cuestión es que uno de los efectos de los diagnósticos es remitir a la idea de "anormalidad". Entonces, nombramos esa diferencia con significantes que demandan del otro a quien consideramos anormal que se comporte como tal, a veces, como un idiota. El otro, que para efectivizarse como sujeto se plantea siempre la pregunta “¿qué quiere el Otro de mí?”, responde consencuentemente a esa demanda.
Sin duda, el síndrome de down es una diferencia genética, pero quienes hacemos de esa diferencia una forma de "idiotez subjetiva" somos principalmente nosotros, al demandar a quienes nacen con ese rasgo que respondan haciendo de su diferencia una anormalidad a la medida de las características coincidentes con un diagnóstico que, al mismo tiempo, se quiere hacer existir como "psico"diagnóstico.
¿Qué se le dice a los padres de un niño con sidrome de down? Que no tiene cura. Y bueno, es cierto. No tiene cura la variación genética, pero la subjetividad no tiene por qué ser curada, sino efectuada, convocada. Es en ese punto en el que solemos equivocarnos. Depende en buena parte del deseo con el que convocamos a esa efectivización, para que la respuesta no sea la idiotez que, en tal caso, no es otra cosa que el reflejo especular de nuestra propia idiotez.
Así que para mostrarles cómo es que esta confusión entre biología y subjetividad puede subvertirse, les brindo como ejemplo a Pablo Pineda. Vean la entrevista que les dejo enlazada. Encontrarán que si acaso habría que tratar algo en él, sería exactamente lo mismo que en cualquier otro que acude a un psicoanalista: sus malestares subjetivos. Verán también que la mujer que lo trajo al mundo no habla más que del deseo con el que lo convocó a hacerse un sujeto deseante, y no a convertirse en la confirmación de la moral medicalista, biologicista, desde la que a veces confunde la diferencia con la anormalidad.
John James Gómez G.
Canal Sur
Emisión: 23/2/19
Documental que reconstruye la trayectoria del joven actor malagueño Pablo Pineda, galardonado con la Medalla de Andalucía.