miércoles, 22 de abril de 2020

Breve reflexión para el debate:


La psiquiatría actual, la dominante, opera a la vez como una pseudomedicina y como una pseudopsicología. Más aún, una pseudociencia sostenida en un único estándarte, la "eficacia" de los neurofármacos, llamados ingenuamente "psicofármacos", los cuales no hacen otra cosa que excitar o inhibir ciertas funciones que, desde el punto de vista del ojo no clínico y los ideales de silenciamiento de todo malestar, parecen una panacea universal para el tratamiento de la vida anímica, a costas de la invisibilización del sufrimiento de aquel que está bajo medicación. Por cierto, esto no cobija a todos los psiquiatras ni tampoco a todas las tendencias de la disciplina psiquiátrica; pero, sin duda, es la tendencia que Norteamérica, con su "fácil y rápido" y con su "listo para llevar", ha logrado imponer apoyada en su nacionalismo moralizante. No nos augura nada alenatador una pobreza clínca de semejante magnitud.

John James Gómez G. 

¡Qué poca humanidad hay a veces en ese “gran espíritu científico”!

 “Se abre paso la vida con la misma terquedad con la que una plantita minúscula es capaz de rajar el suelo de hormigón para sacar la cabeza....